jueves, marzo 15, 2007

Libre, como el sol cuando amanece ...

Extraño aquellas épocas donde mis convicciones regían mi forma de actuar.
Si algo no estaba de acuerdo a lo que creía correcto y no había forma de cambiarlo, me daba la vuelta y me iba. Siempre que el irse implicaba mayor pérdida para el otro que para mi.
Como una especie de castigo para el otro y un peso menos para mi.
Siempre fui muy testaruda con ciertas cosas. Y me niego a cambiar mi forma de ser en ese aspecto.
Con los años y las experiencias, mi carácter fue apaciguandose de a poco... siendo menos pasional hoy en día.
Aún conservo cierto fuego interno que, según considero, hace que mi trabajo sea diferente al de los demás. Y estoy segura que mis logros se deben puramente a esto.
Sin embargo, con los años (y ciertas desafortunadas situaciones de la vida) adquirí responsabilidades que funcionan como anclas en mis decisiones.
Y con estas responsabilidades y las decisiones que me obligan a tomar, he perdido mi libertad.
Y me siento tan poco auténtica, tan decepcionada de mi misma cuando la respuesta a ciertas actitudes no debería ser otra que levantarse e irse.
Porque esa decisión implicaría una pérdida muy importante para el otro... y lastimosamente implica una pérdida considerable para mi también.
Y si solo yo dependiese de mí, sabe que hace diez minutos me hubiese levantado del escritorio y me hubiese ido a mi casa. Y que recién mañana a la mañana decidiria si volver o no.
Odio ser tan vulnerable.
Solamente espero que la pérdida de mi libertad valga la pena.

5 agarraron el lápiz:

Anónimo dijo...

Tenga en cuenta que las responsabilidades en muchos casos atentan contra los principios que uno tiene. Eso es muy dificil de equilibrar.

Anónimo dijo...

Solo podes regirte por tus ideales si en banco tenes una cuenta de 7 cifras...
















bah si vamos a pedir, digo 8 cifras :P

Anónimo dijo...

Marita, creo que lo que contas nos pasa a todos a medida que crecemos...
Nuestras responsabilidades aumentan, nuestras prioridades cambian, y nuestros ideales a veces no se pueden defender como quisieramos.
Situaciones como la que contas nos pasan a todos... Las responsabilidades y gente que depende de una (o hasta una misma!)pueden ser diferentes en cada caso, pero creeme que todos, en mayor o menor medida, con mas o menos compania, pasamos por esto...
Y que mas de uno que leyo tu post cree que le pasa lo mismo que a vos.. Y no solo pasa a nivel laboral..
Cuando se es mas chica se cree que lo que se piensa es palabra sagrada, y se debe defender a capa y espada, pero a medida que crecemos, creo que la propia madurez nos obliga a callarnos la boca... Jode, por supuesto...
HE DICHO!
Beso,
Ana

Marits dijo...

Aprecio sus comentarios, pero no me gusta lo que dicen.

Hay cosas tan pequeñas como el respeto que no son negociables.

Y no voy a resignarme porque a todos les pase lo mismo. Seguiré toda la vida luchando contra molinos de viento.


pd. esto suena a estar en desacuerdo con el sistema. NO A LA MATRIX ! ja

Anónimo dijo...

Zurdita! a la hoguera!!!!! :P