viernes, noviembre 23, 2007

mini vacaciones: 1er etapa

Acá estoy. A una semana de mis mini vacaciones (como las extrañoooooooo)
Estoy en la office, obvio. Tapada de papeles, con gente problemática llamandome a cada rato o escribiendome mails malvados...
Con una sensación espantosa de crisis existencial a punto de estallar.

Así que, como terapia, voy a rememorar mis mini vacaciones. Y después me voy a releer hasta Febrero, cuando por fin me toquen mis vacaciones - vacaciones.

Las mini vacaciones en realidad empezaron el jueves a la noche. Bebu vino a casa a buscarme (a mi y a mi bolso enorme) y se quedo a comer conmigo y mis hermanos.
Después fuimos a su casa juntos para poder arrancar lo más temprano posible.
Obviamente, entre una cosa y otra, salimos cerca de las nueve de la mañana.
A las tres cuadras le dije "Falta mucho ?" y de ahí en adelante comencé oficialmente mis vacaciones.

Estuvimos hablando mucho en el viaje. Muchas cosas profundas (de esas que se me ocurren a mi y con las que me suelo maquinar el 90% de mis días) y muchas cosas divertidas de sus amigos y de mi gente.

El viaje fue muy tranquilo, el día estaba soleado y en silencio rezaba para que ningún día hiciera 3 grados bajo cero como el día anterior.

Ni él ni yo conociamos esa ciudad. Típico de porteño, yo creía que era una ciudad un poco vieja que vivía básicamente del turismo.
Pero no me alcanzaban los ojos para admirar esa ciudad impresionante, con construcciones muy nuevas y un paisaje de fondo alucinante.
Me enamoré desde que llegamos.

Los mapas eran muy claros y no nos costo mucho trabajo encontrar los caminos principales para llegar a la cabaña. Cuando salimos de la zona urbana, se complicó un poco entre tantas cabañas y carteles.
Sabiamos que estaba muy cerca del Cerro Centinela, pero no sabiamos el nombre de la calle (porque no tiene !!!) donde la cabaña esta ubicada.

No encontrabamos la cabaña por ningún lado. Bajamos a preguntar dos veces, pero nadie la conocía. A esas alturas yo creí que me habían estafado y que ibamos a pasar el resto del día buscando nuevo hospedaje.
Llegamos hasta el cerro y de casualidad uno lo conocía y nos guió. Con esta ayuda y bastante suerte encontramos las cabañas.

Impresionantes. Justo como a mi me gustan. Solo dos cabañas en un terreno muy bien cuidado, con una pequeña piscina y mucho jardín. Muy silencioso y las sierras de fondo.

El dueño nos salió a recibir y nos mostró la cabaña.
Tenía todas las comodidades y era simplemente hermosa. Muy sobria y acogedora.

Así llegamos, bajamos los petates y nos preparamos para empezar nuestro primer día de vacaciones. Faltaban muy pocos minutos para la una de la tarde.


2 agarraron el lápiz:

Anónimo dijo...

Es muy lindo Tandil... más si estás bien acompañado! ;)

Marits dijo...

Cualquier lugar es lindo si estás bien acompañado... pero Tandil es realmente hermoso.

Besos