viernes, septiembre 05, 2008

S, el diseñador gráfico.

S fue mi primer novio formal por decirlo de alguna manera.
Para esa época yo todavía trabajaba en McD. Él salía con una compañera mía de área, con la que habíamos entrado juntas pero por distintos motivos yo había recibido más ascensos que ella y ahora estaba a mi cargo.
Esa situación a ella no le simpatizaba y por lo tanto no eramos amigas.
S trabajaba en el turno noche y cada vez que era necesario hacer algún cambio de promoción yo tenía que quedarme hasta el cierre para hacerlo. Así fue que me hice más amiga de ese grupo de chicos.
El que trabajó alguna vez en McD (o similares) sabe que en el turno del cierre se trabaja más relajado, porque parte importante del trabajo es a puertas cerradas. Mucha música fuerte, risas pero al ritmo en que se trabaja en estos lugares.

Varios meses después, en una salida grupal S me contó sus sentimientos a pocos días de haberse separado de mi compañera. Y empezamos a salir.
S estudiaba diseño gráfico y yo estaba cursando el primer año de publicidad. Dibujaba increíblemente bien y se pasaba el tiempo haciendo diseños en 3D.
Nuestras salidas eran mayoritariamente con nuestro grupo de amigos. Generalmente nos juntabamos en alguna casa a jugar algún juego de mesa, cenar o ver películas. Ibamos al cine o a caminar.
Estuvimos juntos por casi dos años. En ese tiempo él jamás dio su opinión para nada. Todo lo que yo decía era sagrado.
Al principio no había problema, yo promovía las salidas, las reuniones, las comidas: TODO. Pero con el tiempo era como estar con un ente. Entonces empecé a “pincharlo”. Le buscaba pelea pero solo para que reaccionara. Cuanto peor lo tratara más complaciente era
A esas alturas yo trabajaba en una empresa como asistente del gerente financiero y cursaba diseño gráfico en la UBA porque no me daba el sueldo para seguir pagando la facultad privada y los materiales para las eternas entregas. Odiaba cursar en Ciudad Universitaria. Siempre llegaba sobre la hora y me costaba encontrar espacio en las mesas.
Los profesores no entendían mi estilo de diseño y siempre estaba al borde de tener que rehacer todo. Mis amigos de la facu estaban siguiendo Arquitectura y Diseño Industrial y más allá de la afinidad que nos había unido ellos eran más grandes y sus carreras parecían más interesantes.
S era ambicioso en el punto justo, yo lo había ayudado a tomar la decisión de aceptar el puesto de diseñador en una universidad y eso lo hacía feliz.

Y llegó un momento en donde me di cuenta que con S no iba a ser feliz. Me sentía estancada, imaginaba una vida chata, aburrida y conformista. Pero por el otro lado S era tan dulce, tan paciente, tan standard. Era la seguridad de que jamás ibas a tener un problema. Y estuve pensando un tiempo y me di cuenta que era mejor para los dos separarnos.
Él insistió de tantas maneras que llegó un punto en el que me generó rechazo. Se negaba a dejarme ir hasta que tuvimos una conversación muy fea y se terminó.

Tiempo después hablamos por teléfono y él me contó que había estado muy mal un tiempo pero que ya estaba mejor. En el trabajo le iba muy bien y seguía saliendo con nuestros amigos.

S me enseño muchas cosas, pero sin quererlo me hizo dar cuenta que no soy una persona que pueda estar con alguien complaciente. Que necesito que alguien pueda manejar la relación en forma pareja. Me enseño que no me gusta tener siempre la razón. Me hizo descubrir que lo que más me gusta son las sorpresas.

Hoy no se nada de S, pero realmente espero que sea feliz. Lo ultimo que supe hace unos años es que se había ido a vivir con su novia y que estaba muy feliz. Espero que siga así.

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