Así como estoy, con una sensación de agotamiento extremo y aburrimiento, fui al banco.
Si... una locura lo mío.
Aproveché para depositar la parte de las vacaciones de este mes y la cuota del crédito que vence en Enero.
Obvio que no fui tan original (como en las últimas semanas: voy al supermercado el 24 de diciembre, compro los regalos el domingo 23, etc. etc. etc.)
Así como estaba yo, había muuuuchas personas que hacían la fila para distintos trámites.
Conté la gente mentalmente y entré en transe para no enloquecer en la espera.
Pero claaaaaaaaaaro... nada es tan sencillo.
Este banco generalmente tiene tres filas diferenciadas: Clientes VIP, Empresas y Particulares.
La fila de Particulares es la que mayor cantidad de espera tiene usualmente.
Al parecer la mujer que estaba detrás mio no había adquirido los conocimientos para evitar la ansiedad o no conocía las ventajas del "estado alfa en una fila de espera".
Refunfuñaba, hacía comentarios en voz alta, atendió el celular y se puso a hablar, resoplaba, etc.
Cuando me tocó el turno delante de la fila se puso ansiosa. Se la sentía sin la necesidad de darse vuelta a ver.
Cuando una de las cajas se desocupó y el turno era de la fila de Empresas, me empujó lo suficientemente fuerte para desestabilizarme (recordemos que mi mente no estaba ahí) y me dijo "dale, pasa vos"
Ese "pasa vos" que se dice sabiendo que no era mi turno.
Para que negarlo... el contacto físico sin autorización realmente me disgusta muchisimo. Y en ciertos casos hasta me violenta.
Me planté y le expliqué de que se trataba la cosa.
Empezó a relatarme que ella había ido solo a pagar la tarjeta de crédito, porque una amiga de su amiga que pagaba por las centrales autoservicio le habían dicho que había depositado billetes falsos... y siempre de esa misma sucursal... y que era una verguenza... y, y, y...
Yo se que el que espera desespera.
A nadie le gusta esperar. Hasta los más estructurados nos organizamos las actividades para evitar esperas (por ejemplo, ayer mientras se cocinaba la torta de cumpleaños de mi hermano -a las 11 de la noche- aproveché y me fui a bañar y a ordenar la casa)
A nadie le gusta esperar. Hasta los más estructurados nos organizamos las actividades para evitar esperas (por ejemplo, ayer mientras se cocinaba la torta de cumpleaños de mi hermano -a las 11 de la noche- aproveché y me fui a bañar y a ordenar la casa)
Pero que estés al punto de un ataque de ansiedad por estar parado incómodo y a punto de dejar billetitos en mano de otras personas tené en cuenta que YO NO TENGO LA CULPA. Y si me empujas de nuevo me tiro encima tuyo y hasta no desangrarte no paro.
Como oooooodio ir al banco.
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