Me encanta viajar. En auto, en avión...
Si vamos en auto disfruto mucho estar en la ruta, escuchando buena música. Si no me llega a tocar manejar, hasta puedo leer libros o revistas y comentarlos en voz alta.
Cada tanto levanto la vista y aprecio el paisaje, muchas veces repetitivo.
Pocos días antes de viajar a Tandil me había enganchado con un libro de historias de amor (sin final feliz) y estaba encantada. O debería decir encantada con el libro, desencantada por las historias de amor "de gente común"
Me quedaban algunos cuentos sin leer cuando viajamos.
Durante el viaje empecé a leer algunos y a medida que me indignaban los iba comentando con el gordo.
Tenía que explicarle que era lo que me indignaba y lo que yo pensaba de las traiciones, los desamores, la rutina, etc.
Le leí uno de los cuentos cortos en voz alta y estaba segura que no me estaba prestando mucha atención. Pero no me importaba, porque yo lo estaba disfrutando. Estaba compartiendo con él algo que en el fondo me gustaba.
Al regresar le leí dos cuentos más. El último un poco trágico y largo. Estaba cansada y me perdía en el relato. Se hacía de noche y me costaba leer.
Pero estaba bueno porque mientras él escuchaba su música, yo leía en voz alta tratando de interpretar la historia.
Ayer estabamos hablando de las vacaciones. De viajar en auto... de lo largo del trayecto.
De salir al atardecer y llegar a la mañana del día siguiente. De lo que le gusta manejar y no le importaría conducir 17 horas seguidas...
"Y que me leas cuentos en el camino. El otro día, cuando iba a Las Flores (por un casamiento) te extrañé. Me encanta que me leas cuentos."
Y yo estaba segura que ni siquiera me estaba escuchando.
3 agarraron el lápiz:
True Love!
Hola Anónimo!
Ojalá sea eso. =)
I think so! Love is in the air!
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