Cada vez que uno abre la boca, la mayor parte de las veces ignora lo que representa esa libertad. Ignora el poder que uno tiene cuando se expresa.
Las palabras pueden emocionarnos, pueden transportarnos a otros lugares donde encontramos una pizca de felicidad.
Algunas palabras nos divierten, otras nos dan esperanza y confianza.
Nos alientan, no nos dejan caer.
Hay palabras que nos fortalecen y nos permiten crecer y superarnos.
Y así como algunas palabras curan, otras lastiman.
Y cuando un corazón herido es lastimado otra vez, es probable que tarde mucho más tiempo en sanar.
1 agarraron el lápiz:
Ojalá el corazón tuviera amnesia emotiva, para evitar sufrir el doble cada vez.
Cuando nos vuelven a pegar en el mismo punto donde ya nos pegaron, es como meter el dedo en una herida siempre abierta...
Perdón... No es un buen momento.
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