viernes, septiembre 26, 2008


Menos de una mañana, una conversación que no deseaba, un manojo de información innecesaria, un vistazo a lo que ya no es y lo que no fue... eso bastó para que ya no fuera yo.
Hace ya casi una semana que no soy yo. Que (aunque por momentos muy cerca) no puedo superarlo. No es solo todo eso sino la falta de las cosas que complementan mi vida.
Aburrida, hastiada, cansada, adolorida. En eso solo me convertí.
Ojalá me vuelva a ver pronto.

jueves, septiembre 25, 2008

Básicos y Rápidos …

Anoche me di cuenta que algunas de nuestras conversaciones con la Diablurita me ayudan a sacar conclusiones.
Es que aporta muchas experiencias (propias y ajenas) que comprueban o refutan mis teorías.
Ultimamente tengo muchas, sobre todo porque sin quererlo me puse otra vez a prueba sobre ciertas cosas. Sería algo así como cuando uno se replantea ciertas decisiones o situaciones sin realmente quererlo.

La gran inquietud ahora es porque los hombres logran superar una ruptura más rápido que las mujeres.
Porque es que ellos avanzan mucho más rápido que nosotras… o mejor dicho (y este es el quid de la cuestión) porque nosotras nos esforzamos en quedarnos dando vueltas a un asunto terminado?
Es claro: Porque ellos son más simples, más prácticos.
Si una relación se termina ellos no se quedan pensando eternamente porque no funcionó, en que se habrán equivocado… su estructura mental les permite continuar.
Eso no quiere decir que no tengan sentimientos, solo que la postura “masoquista” no es su estilo.

Claramente no puedo descifrar porque ellos son como son, pero creo que mejor es analizar porque nosotras somos como somos: vuelteras. Creo que cuando una realción se termina primero recordamos los buenos momentos y lloramos por lo que perdimos. Luego llega la etapa de aceptación y empezamos a desmenuzar todo el tiempo que duro la pareja para entender cabalmente que fue lo que hicimos bien y en que fallamos.
Cuando pienso en esto no puedo evitar reirme, porque yo hice justamente eso.
Es tan divertido verlo a la distancia: Cuando llegue a la etapa de aceptación entendí cuales eran las cosas que yo debía mejorar para no ponerme nuevamente en una situación similar. Pero lo que no me di cuenta es que eso funcionaría perfecto si mi próxima pareja fuera un clon de mi ex… pero en general todos somos distintos y aunque ensayemos nuestra “renovada” actitud siempre habrá nuevos obstaculos que afrontar.
“Cada pareja es un mundo” entonces no tiene sentido pretender que ya nos conocemos todos los mundos. Siempre hay que explorar.

Otra cosa que me causa mucha gracia de ese análisis (el cual creo que es muy útil, pero por otros motivos) es que suponemos que nosotras somos la misma persona que cuando empezamos esa relación.
Obviamos (o peor: ignoramos) todo lo que hemos cambiado en ese tiempo. Como se puede pretender usar las mismas recetas cuando nosotras ya no somos lo que eramos?
Es acaso tan loco no darse cuenta que un corazón roto puede marcarnos mucho más profundo que eso?
He visto y me he visto actitudes típicas de alguien que esta a la defensiva para no volver a ser lastimada. Desde el bloqueo instantaneo a toda persona que se acerque hasta enloquecer al pobre hombre que se nos acerca.
Para una misma es tan difícil darse cuenta de que quizás somos nosotras mismas las que boicoteamos nuestras posibilidades, como el tratar de extirpar esas actitudes de nuestra vida.

“Alguien va a aparecer cuando menos lo esperes” porque es en ese momento en el que pateaste el tablero y entendiste que hay cosas que no se pueden racionalizar. Cuando abandonaste todo ese desgastante proceso interno y decidiste que hay cosas que no podés manejar.

No hay recetas para curar un corazón roto ni tampoco una regla que diga cuanto tiempo nos tardará superar una separación.
El tiempo de “duelo” nos dura exactamente lo mismo que tarda nuestro corazón en estar listo para ser vulnerado nuevamente.
Quizás sea que somos más vuelteras, que nos enrosquemos en un millón de suposiciones y escenarios sobre nuestra relación fallida o simplemente que seamos más sensibles… pero no hay chances para una nueva oportunidad cuando no entendemos que para poder empezar de nuevo tenemos que apostar nuestro corazón y la tan preciada estabilidad emocional que nos costó reconstruir.
El que no apuesta, no pierde...
pero tampoco gana.

martes, septiembre 23, 2008

Springtime ...


Así se ve la Primavera desde mi oficina.

No hay muchas novedades más allá de una cosa muy "incómoda" que no puedo olvidar.
Momento de reflexiones varias. Todas arrojan el mismo resultado (beneficioso desde mi parte), pero por algún maldito motivo no me tranquilizan.
El tiempo ayuda a olvidar.

viernes, septiembre 19, 2008

F, el periodista

Para empezar F era más chico que yo. Y será por eso que nuestra relación no pasó de unos pocos meses.
Yo siempre me consideré más “adulta” que otras personas de mi edad. A eso le sumo que casi todas mis amigas son mayores que yo.
Es dicho popular que entre hombres y mujeres de la misma edad, las mujeres parecen más maduras.
Si preguntan porque no funcionó lo de F esa es la razón. Quizás hubiese podido durar más, pero él no ayudaba.

F tiene cuatro años menos que yo. Vivía con su padre, estudiaba periodismo deportivo y trabajaba en los medios. Co conducía un programa de radio por la tarde, era notero en uno todos los días al mediodía y los fines de semana producía un programa deportivo también en radio. Tenía un proyecto propio que aún ni siquiera había delineado.

No era “bonito”, ni siquiera era mi tipo; pero era agradable. Sin embargo en el poco tiempo que salimos hizo todos los NO que un hombre puede cometer en una relación.
F tenía auto pero no funcionaba nunca, entonces se había acostumbrado a que yo lo tuviera. Era la comodidad hecha persona… siempre era “pasame a buscar y vamos a algún lado”…
Como trabajaba los domingos muy temprano las salidas de los sabados eran casi inexistentes.

No considero que F y yo hayamos sido novios. Sería algo así como “nos veíamos para pasarla bien”. Pero claro, pocos fueron los días en los que la pasamos bien.
El último día que lo vi me pidió que lo vaya a buscar por la casa. Estuve esperandolo treinta y cinco minutos. Al minuto treinta de espera me dije “si no baja en cinco me voy”. Pero bajó.
Entonces aproveché para explicarle que el papel de “taxi” y la espera desmedida eran too much.
Pero eso no fue lo peor… a las veinte / treinta cuadras el auto empezó a tirar un humito por el capot. Me asuste y mucho… estaba taaan lejos de casa, un día de semana, había perdido tiempo esperando y ahora se rompía el auto.
El se quedó sentado al lado mío. No dijo nada.
Baje y abrí el capot, trate de descubrir si algo estaba fuera de lugar pero que se yo de mecánica…
Llamé al auxilio mecánico y recibí la noticia que tenía que esperar. Podían ser cuarenta minutos o dos horas.
No era mi día así que a las dos horas y un minuto volvi a llamar. Estaban demorados y había que esperar más tiempo.

Esas dos horas fueron eternas. Creo que si les digo que no hablamos no exagero.
En un punto llego a sacar su celular y jugar a algún jueguito.
No lo podía creer. No solo no me había ayudado ni contenido en esa situación que siempre me desespera; sino que además se ponía a jugar. Juro que tenía ganas que desapareciera. Era taaaaaan incómodo estar así con alguien. El rechazo era insoportable.

Finalmente llego el mecánico y me dijo que había sido algo de la bomba de agua. Podría esperar a una grua o ir cargandole agua cada dos cuadras para que no sobrecalentara.
Ya eran las once de la noche y quería huir de ahí, de esa calle, del problema con el auto y de F.
Mientras yo hablaba con el mecánico el seguía inerte en el asiento del acompañante.
Me acerque, le explique que tenía que llevar el auto hasta un taller y que no podía acompañarlo. Se subió a un taxi y no me dijo más que “hablamos”.
Fue el viaje más largo desde Belgrano hasta Olivos que tuve en mi vida. En todas las estaciones de servicio compraba un bidón grande de agua y seguía camino.

Y aunque F llamó varias veces más creo que fue suficiente. Había dejado mucho en mi vida como para “pasar” el tiempo con alguien así.
Y con él cerré para siempre la posibilidad de salir con alguien más joven. A pesar de que conozco casos en los que funciona, pero quizás no sea para mi.

martes, septiembre 16, 2008

Un Ratoooooooooon !!!


Miren mi "ratoncito" nuevo ...
Y quizás no se vea pero también tiene lucecitas !!!
Como me gusta que me regalen cosas...

Y no en policiales ...


"Salí en el diario ! Salí en el diario !"

Así se lo escuchaba ansioso al bebu por teléfono la semana pasada.

"Y no en policiales, eh!"

Tardamos en conseguir la prueba física, pero acá esta.
OJM para el mundo.


viernes, septiembre 12, 2008

G, the great pretender

Los que leen desde hace muuuuuuucho quizás recuerden a G.
G no fue mi novio. Igual como esta sección no es exclusiva de “novios”, me parece interesante contar esta historia hoy.
Mis amigas la saben. Alguna en silencio debe preguntarse como es que llegamos a salir alguna vez. En fin.

En mi período de soltería más importante me crucé con G. Cómo? Bueno, eso es divertido (pero no lo MAS divertido)
Una tarde boludeando en el dpto de la Diablurita empezamos a ver fotos del muchacho con el que salia ella. Me mostraba fotos del susodicho en la nieve, en la playa, etc. Por suerte la Diablurita y yo no tenemos gustos similares en cuestiones masculinas.
Y entre esas fotos aparece una con un muchacho y algunas famosas.
-Quien es ese?
-Jajaja, es G. El que me habla retro, te acordas?

G trabajaba en la empresa que luego contrató a la Diablurita, pero antes se habían conocido porque habían trabajado juntos.
Entender a G no es fácil. Y ahora que lo conozco muuuuuuuuuucho mejor puedo decir que hasta casi lo comprendo, pobrecito.
G actúa como un galán con las minas, pero sus amigos lo tienen de punto. Saben que exagera y hasta que es super inseguro. No paran de gastarlo, pero él se deja. Es como una relación enfermiza. Y ni que hablar del trato que permite con sus parejas.
Cuando G esta con una chica le pinta que la tiene re clara. No para de hablar de su trabajo y sus logros.
No vas a evitar saber que es bajista en una banda y hasta canta algunas canciones.

Finalmente la Diablurita hizo de las suyas y le paso mi MSN. Estuvimos chateando unos días y finalmente nos conocimos.
Es decir, supuestamente un sábado en el que habíamos salido la Diablurita y yo se escapó de una reunión con sus amigos y se encontró con nosotras.
G estaba de novio. Pero adivinen que: estaban mal (jajajaja… típico).
Estuvimos en un pub tomando algo y escuchando música los tres hasta tarde. Después el se ofreció a llevarnos a la casa de la Diablurita ya que iba a quedarme con ella esa noche.
Subió a tomar un café y aunque me parecía atractivo y teniamos onda… estaba segura que no iba a pasar nada.
Un rato después baje a abrirle la puerta y bueno, pasó. Estuvimos un rato en el pallier donde me dijo cosas típicas de un pibe que te quiere levantar.

No voy a hacer eterna la historia.
Nos vimos en la semana, un día que su novia entrenaba y después se deshizo en palabras. “Si te hubiese conocido en otro momentos”, “Sos lo mejor que me podía pasar, pero no estoy bien ahora”…
Afortunadamente desde el principio supe como venía la mano y jamás espere nada de él.
Y así a menos de una semana de habernos visto desapareció. Y apareció dos semanas más tarde, solo para decirme que su novia se había mudado con él para “ver si podían hacer funcionar la relación”.
Lástima me dio… él y la novia. Y aunque él creía que me estaba rompiendo el corazón (esto se acerca a lo más gracioso de todo), nada más lejos de la realidad.

Creo que no pasaron tres meses desde que volvió a aparecer (por MSN).
Se había separado de la novia. Ella había hecho sus valijas y desaparecido “para siempre” (porque será que el “para siempre” de la vida real no es como el de las películas o las canciones de amor???)
La verdad que no estaba para que me boludeara, pero como ya estaba sobre el bien y el mal… que más daba.
Sin embargo me divertí mucho poniendolo en una situación que ahora se que disfruta: la culpa.

Y así nuestra “relación” (para decirle de alguna manera) fue haciéndose más laxa.
Poco después de ese llamado se puso de novio con otra chica. Pero por lo que pude saber (y ver) él estaba con ella para no estar solo. G no puede estar solo, no sabe como hacerlo…
Su relación era extraña, no se abrazaban o besaban en público. Quizás algo de rigor, pero no era a lo que estoy acostumbrada de ver. Y como con G no hay forma de terminar de otra manera, después de un año de relación él la dejó por otra. La dejó por su novia inicial. Esa que lo dejo mil veces, con la que se fue a vivir en dos oportunidades, a la que engaño conmigo.
Él siempre la amó, la quiere de una forma que jamás voy a comprender. Pero no solo por sus sentimientos, sino porque esa novia no le corresponde. Se ven dos veces por semana, jamás los viernes o sábados porque ella sale con la gente del club. Él le habla de casamiento y ella sale corriendo. Él la mira con cariño y ella casi casi lo ignora.

Es así. Con G pude descubrir que la regla de “uno siempre se va a enamorar de quien no le de todo lo que otra persona estaría dispuesta a darle”.
Pero ojota… no es que yo haya querido darle nada. G no significa nada para mi, en verdad nunca fue demasiado. Fue la historia graciosa de cómo un tipo me dijo un millón de cosas que nadie le había pedido y a los tres días se mudó con su novia. Pero no más que eso.
Con G aprendí a desconfiar mucho más de las “palabras” de los hombres en etapa de conquista. Aprendí las razones por las que un hombre puede engañar a su pareja. Pero sobre todo a G le debo algo que hoy me hace muy feliz.

viernes, septiembre 05, 2008

S, el diseñador gráfico.

S fue mi primer novio formal por decirlo de alguna manera.
Para esa época yo todavía trabajaba en McD. Él salía con una compañera mía de área, con la que habíamos entrado juntas pero por distintos motivos yo había recibido más ascensos que ella y ahora estaba a mi cargo.
Esa situación a ella no le simpatizaba y por lo tanto no eramos amigas.
S trabajaba en el turno noche y cada vez que era necesario hacer algún cambio de promoción yo tenía que quedarme hasta el cierre para hacerlo. Así fue que me hice más amiga de ese grupo de chicos.
El que trabajó alguna vez en McD (o similares) sabe que en el turno del cierre se trabaja más relajado, porque parte importante del trabajo es a puertas cerradas. Mucha música fuerte, risas pero al ritmo en que se trabaja en estos lugares.

Varios meses después, en una salida grupal S me contó sus sentimientos a pocos días de haberse separado de mi compañera. Y empezamos a salir.
S estudiaba diseño gráfico y yo estaba cursando el primer año de publicidad. Dibujaba increíblemente bien y se pasaba el tiempo haciendo diseños en 3D.
Nuestras salidas eran mayoritariamente con nuestro grupo de amigos. Generalmente nos juntabamos en alguna casa a jugar algún juego de mesa, cenar o ver películas. Ibamos al cine o a caminar.
Estuvimos juntos por casi dos años. En ese tiempo él jamás dio su opinión para nada. Todo lo que yo decía era sagrado.
Al principio no había problema, yo promovía las salidas, las reuniones, las comidas: TODO. Pero con el tiempo era como estar con un ente. Entonces empecé a “pincharlo”. Le buscaba pelea pero solo para que reaccionara. Cuanto peor lo tratara más complaciente era
A esas alturas yo trabajaba en una empresa como asistente del gerente financiero y cursaba diseño gráfico en la UBA porque no me daba el sueldo para seguir pagando la facultad privada y los materiales para las eternas entregas. Odiaba cursar en Ciudad Universitaria. Siempre llegaba sobre la hora y me costaba encontrar espacio en las mesas.
Los profesores no entendían mi estilo de diseño y siempre estaba al borde de tener que rehacer todo. Mis amigos de la facu estaban siguiendo Arquitectura y Diseño Industrial y más allá de la afinidad que nos había unido ellos eran más grandes y sus carreras parecían más interesantes.
S era ambicioso en el punto justo, yo lo había ayudado a tomar la decisión de aceptar el puesto de diseñador en una universidad y eso lo hacía feliz.

Y llegó un momento en donde me di cuenta que con S no iba a ser feliz. Me sentía estancada, imaginaba una vida chata, aburrida y conformista. Pero por el otro lado S era tan dulce, tan paciente, tan standard. Era la seguridad de que jamás ibas a tener un problema. Y estuve pensando un tiempo y me di cuenta que era mejor para los dos separarnos.
Él insistió de tantas maneras que llegó un punto en el que me generó rechazo. Se negaba a dejarme ir hasta que tuvimos una conversación muy fea y se terminó.

Tiempo después hablamos por teléfono y él me contó que había estado muy mal un tiempo pero que ya estaba mejor. En el trabajo le iba muy bien y seguía saliendo con nuestros amigos.

S me enseño muchas cosas, pero sin quererlo me hizo dar cuenta que no soy una persona que pueda estar con alguien complaciente. Que necesito que alguien pueda manejar la relación en forma pareja. Me enseño que no me gusta tener siempre la razón. Me hizo descubrir que lo que más me gusta son las sorpresas.

Hoy no se nada de S, pero realmente espero que sea feliz. Lo ultimo que supe hace unos años es que se había ido a vivir con su novia y que estaba muy feliz. Espero que siga así.

jueves, septiembre 04, 2008

Los hombres de mi vida ...

Ayer estuve con mi amiga, la Diablurita, y entre un montón de temas y comida china salió el tema de las parejas.
Pero no de la manera tradicional, sino como una review de las relaciones pasadas.
Detrás de todo esto hay una teoría que voy a develar al final (aunque si lo piensan seguro que la adivinan... soy tan predecible, jajaja)
En fin. Entonces se me ocurrió hacer una especie de lista o detalle de mis relaciones pasadas.
Ahora estoy con poco tiempo, pero les prometo que pronto vuelvo.
Vamos a intentar revivir el blog con esto porque si cuento mi vida actual nos juntamos en el Empire State para tirarnos juntos.
Eso sí. No voy a poner el detalle en orden para que si alguno de mis ex anda dando vueltas no se descubra tan facilmente.

miércoles, septiembre 03, 2008

1/2

Aunque no se note (o vea) mi nena interior sigue intacta.


pd. mi chico esta maravillado por mi colección de medias "divertidas". Esta es solo una del montón; la última adquisición.

martes, septiembre 02, 2008

Aaaaaahhhh ...

No lo aguanto más.
No lo soporto.
No es posible que se fije en boludeces. Que importa quien o quien no este copiado en un mail?????
“Perdida de tiempo”… a la velocidad de tipeo que tengo?????
No soporto la incoherencia, la presión, la sensación de que siempre esta esperando algo más.
Es el típico caso de “te vas a dar cuenta de lo que tenías cuando lo pierdas”. Así de sencillo.
Es un ritmo tan difícil de seguir… sabiendo que no es todo claro. Las cosas son desparejas y siempre mirando para el lado equivocado. Si esto fuese un matrimonio el causal de divorcio sería “incompatibilidad de caracteres”.
Toda la buena voluntad que pongo, todo lo que me esfuerzo y siempre mirando boludeces. Siempre es más fácil atacar al eslabón más débil. Pero no porque yo sea débil, sino porque los demás son más astutos, más seguros, más grandes, más experimentados… son más aprovechadores.
Mi vida no es esto, esto es parte de mi vida. Yo voy a elegir donde trazar el límite. O mejor dicho voy a empezar a apretarlo cada vez más.
Voy a aplicar las mismas prácticas: Downsizing. Reducir el ámbito que abarco pero solo para fortalecerme. Y cuando sea más fuerte pueden pasar dos cosas: que no me molesten más esas pequeñas bolucedes o que finalmente descubra que el horizonte cambió de lugar.
Hace años que lo intento pero esta vez voy a ir hasta el fondo.
No voy a gastar más letras.