... bebé.
Después de esperar unas cuantas semanas para tener el Ok del doc, el sábado fui a mi primer clase de Yoga.
No es que moría de ganas de ir tampoco, pero había leido (y reconfirmado con mi doc) que todas aquellas embarazadas que practicaban Yoga habían tenido mejores partos.
Y vamos a ser sinceros, si bien no pienso mucho en el parto ahora es un tema que va a asustarme mucho dentro de unos meses.
Así que todo lo que pueda hacer para sentirme mejor y llegar plena a término del embarazo, lo haré.
En fin, les comentaba que el comienzo de esta nueva actividad me generaba sentimientos encontrados. Por un lado tenía ganas de poder conectarme con mi cuerpo y retomar la actividad física (aunque sea en una escala mucho menor) y además quería probar si esta actividad lograba "hacerme bajar unos cambios"; pero por otro lado, tenía miedo de aburrirme, de que la cabeza no me parara un minuto y quisiera suicidarme a los diez minutos de comenzada la clase.
Tome una decisión muy sabia: ir a las clases que da mi GRAN amigo Juan Manuel. Quien últimamente me prestó el oido para descargarme de toda la porquería que iba acumulando.
Estaba segura que Juan Manuel iba a cuidar de mi y de bebé.
Así es que Juan Manuel fue y es una de las principales razones por las cuales practicar Yoga.
Que mejor ver lo que el Yoga puede hacer por vos, que verlo en una persona a la que conoces desde antes que lo practiques.
Si bien tengo otra gente conocida que practica (y algunos enseñan) Yoga, Juan Manuel es la única persona que no se fanatizó. Que no cambió radicalmente su vida haciendose vegetariano o un enfermo de la vida sana.
Es la única persona a la que vi "equilibrada" entre la vida normal que hacemos todo y la de alguien que practica Yoga.
Con todo este bagage de cosas, me levante tempranísimo el sábado (después de acostarme a las 22.30hs el viernes, claro), me puse el jogging, zapatillas y salí.
Llegue bastante puntual y espere las instrucciones de Juanchi.
La verdad es que al principio pense que me había equivocado... demasiado tranquilo para mi y mi mente inquieta!
A los minutos del comienzo, llego otra alumna y se ubicó a mi lado.
Cada movimiento que teníamos que hacer, ella marcaba demasiado su respiración.
Exhalaba e inhalaba tan ruidosamente que no podía concentrarme en conseguir esas posturas tan complicadas!
Con el correr de la clase me di cuenta que esa pequeña "maldición" de la respiradora ruidosa me hacía acordar de respirar profundo. Entonces empecé a tratar de imitar su ritmo de respiración, de forma tal que me salga natural y no me olvide de hacerlo.
Al final, uno de mis mayores logros fue haber convertido esa molestia en un beneficio... no saben lo feliz que me hizo esa pavada!!!
Si bien Juan Manuel no estaba detrás mio controlandome, siempre trataba de cuidar las posiciones que estaba haciendo para no dañar a bebé... y eso fue muy lindo.
A veces me explicaba como tenia que hacerlo yo, a diferencia del resto, y me hacía imaginar como iban a ser mis próximas semanas haciendo esas posiciones con una panza grandota.
Fue hermoso imaginarse la panza!
Al final de la clase llegó lo más temido: la relajación.
Para mi ese estado es útopico. Por más que intento no puedo ponerle MUTE a mi mente, que se esmera en saltar de un tema a otro, de un pensamiento a otro hasta que me canso, pongo la mente en blanco y todo vuelve a empezar.
Me acosté tapada por una manta y le impuse a mi mente el no pensar en nada. Hice mucha fuerza para no pensar en nada, pero como no funcionaba, entonces me imagine una burbuja azul profundo y me concentre solo en la burbuja (que estúpida que sueno, no?).
Trate de dejarme guiar por Juan Manuel en esa relajación y, aunque no puedo decir que me desconecté del todo, lo conseguí la mayor parte del tiempo.
Cuantos logros para un sábado a la mañana!
Salí de la clase muy tranquila, caminando por las calles frías y soleadas hasta el auto. Puse un CD de canciones instrumentales de violines y chelos, para no perder el estado de tranquilidad.
Llegue a casa al mediodía casi relajada, en silencio y caminando despacito...
Pero no contaba con mi chico y mi hermano... a los diez minutos tuve que salir a comprar cosas para hacer el almuerzo, porque nadie se había dignado a despertarse.
Algunas cosas duran demasiado poco!
miércoles, mayo 18, 2011
Om Shanti...
Esta obra maestra fue escrita por
Marits
cuando las manitas del reloj decían que eran las
4:37 p. m.
En pocas palabras:
Bebé
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 agarraron el lápiz:
Publicar un comentario