Se comenta que hace un tiempo atrás existía una muchacha que trabajaba como secretaria del presidente de una compañía importante.
Como suele suceder, el presidente estaba “platónicamente” enamorado de su secretaria; quien estaba en pareja desde hacía bastante con otra persona.
A pesar de las insinuaciones muy sutiles (un hombre de negocios no debe quedar expuesto) nada sucedía entre los dos.
Cuenta la leyenda que un día esta muchacha, entre tarea y tarea, decidió escribirle un SMS a su novio diciendo: “Te invito a pasar el resto de nuestra vida juntos… aceptas ?”
Pero el destino quiso que equivocará el remitente y lo enviara a su jefe.
Al descubrir el error; envuelta en una vorágine de nervios, risa, vergüenza; fue a ver a una de sus amigas (que trabajaba con ella) para consultar que hacer.
Aunque intentó reparar la equivocación explicando que había sido un error, siempre quedó la duda de si el señor empresario estaba escribiendo un mensaje de respuesta “Siiiiiiii, acepto”
Esta leyenda urbana nos enseña que es mejor chequear varias veces antes de enviar un mensaje o carta a otra persona.
Pero… no es el hombre el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra ???
Hoy Eri volvió a mandar un mensaje equivocado a su jefe. “Mi bombón asesino”. Solo que esta vez el jefe si respondió. “Guau” y dos caritas: una sonriente y un guiño.
Como suele suceder, el presidente estaba “platónicamente” enamorado de su secretaria; quien estaba en pareja desde hacía bastante con otra persona.
A pesar de las insinuaciones muy sutiles (un hombre de negocios no debe quedar expuesto) nada sucedía entre los dos.
Cuenta la leyenda que un día esta muchacha, entre tarea y tarea, decidió escribirle un SMS a su novio diciendo: “Te invito a pasar el resto de nuestra vida juntos… aceptas ?”
Pero el destino quiso que equivocará el remitente y lo enviara a su jefe.
Al descubrir el error; envuelta en una vorágine de nervios, risa, vergüenza; fue a ver a una de sus amigas (que trabajaba con ella) para consultar que hacer.
Aunque intentó reparar la equivocación explicando que había sido un error, siempre quedó la duda de si el señor empresario estaba escribiendo un mensaje de respuesta “Siiiiiiii, acepto”
Esta leyenda urbana nos enseña que es mejor chequear varias veces antes de enviar un mensaje o carta a otra persona.
Pero… no es el hombre el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra ???
Hoy Eri volvió a mandar un mensaje equivocado a su jefe. “Mi bombón asesino”. Solo que esta vez el jefe si respondió. “Guau” y dos caritas: una sonriente y un guiño.
Estamos en el horno. Yo le aconsejo pedir un recurso de amparo o renunciar… Ustedes ?
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