Tengo esa sensación de Cascote.
El gordo sabe cuanto esto me afecta. Hasta en mis vacaciones no podía dejar de padecer este tema. Eso se debe en enorme medida a mi poca habilidad para desenchufarme, pero ya el soñar con Cascote es demasiado.
Considero que no hay justificación para que después de las vacaciones se pegue un faltazo el jueves porque estaba "mareada" (habiendo llegado a la oficina). Ni para soportar que el viernes esté con cara de traste todo el día vaya a saber uno porque. O para que hoy me hable con esa voz de "estoy al borde de la muerte o caer desmayada en el escritorio" (y haya llegado 20 minutos tarde sin tener la decencia de admitirlo).
Esto me lleva a un puñado de inquietudes:
Donde miércoles quedó el respeto al jefe?
Donde quedó esa manía de (aunque sea simular) ser efectiva, atenta y proactiva?
Porque debo preocuparme por el trabajo de ella, si se supone que ella es mi asistente?
Si ella no cuida su trabajo, debo hacerlo yo para, al menos, ser buen jefe?
Aunque tenga miles de atribuciones y no este respirando su nuca: siempre voy a ser una perra?
La verdad la étapa Cascote me está saturando.
Ya no quiero soñar con cosas relativas a ella o preocuparme demasiado. Es más: ya no quiero soñar con el trabajo.
Preferiría soñar cosas normales como que Keanu Reeves me cruza por la calle y se enamora de mi perdidamente o que encuentro un boleto de lotería ganador y deben llamar a la Policia Federal para sacarme del shopping.
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