Mr. Hyde ...

La búsqueda de una definición de violencia implica una interrogación filosófica sobre la condición humana. Parecería que es imposible llegar a una y única respuesta que de cuenta en toda magnitud de este fenómeno.
Se busca su origen desde varias disciplinas y es un hecho que no puede analizarse en forma lineal. Donde el espíritu humano se despliega aparece como componente colateral la violencia.

Las fases de la violencia son:
- Fase de tensión creciente: Esta fase está dada por la acumulación diaria de tensiones causadas por situaciones conflictivas, las cuales son reprimidas o minimizadas bajo sentimientos de desesperanza, disgusto y depresión.
- Fase de explosión: En esta fase la acumulación y represión de tensiones se concentran en un solo momento, cuando la persona estalla emocionalmente, por medio de actos violentos o agresiones físicas, verbales, emocionales o sexuales.
- Fase de remordimiento: La culpa consume al victimario, al darse cuenta de la agresión perpetrada, quien en un primer momento se excusa por sus actos, causándole un daño irreparable a su autoestima.

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La historia de hoy se remonta a poco más de seis meses cuando me mudé a mi departamento, ubicado en un pequeño complejo de otros siete dptos más.
En ese momento (y hasta ahora) el complejo estaba en construcción y fui la primera en mudarme.
Por esto me transformé automáticamente en el conejillo de indias de la constructora y mis vecinos.

Desde el principio todo fue un desastre. Si lo veo a la distancia hasta parece una conspiración para volverme loca.
Dos días antes que me pusieran las rejas a las ventanas, un domingo, el arquitecto me llamó desesperado para decirme que las rejas que había encargado estaban mal. Porque la inmobiliaria que tenía en alquiler uno de los departamentos de contrafrente las había instalado por fuera de las ventanas y no como las mías, dentro del marco.
Mil llamados telefónicos para terminar acordando que todas las ventanas del frente (las mías y las del dpto de abajo) fueran similares a las que yo había comprado y las de contrafrente debían coincidir con las que esta inmobiliaria había instalado.
Hoy, a pocos días que se mude la última familia hay cuatro tipos de rejas diferentes. Algunas verticales, otras horizontales, algunas redondas, otras planas, blancas y negras: Un desastre. Pero yo tuve que pasar dos días yendo y viniendo para que me aceptaran las rejas que ya había pagado.
Soporte mil veces que el arquitecto me rompiera la paciencia insistiendo en la “imagen exterior”, pero no escuche nada cuando el de abajo puso un aire acondicionado y tres mangueras blancas larguísimas destruyen la fachada del complejo.

Ni bien se mudó, mi vecina de piso (la única) me dejaba las bolsas de residuos en el pasillito. Es decir a medio metro de mi puerta. Y a cualquier hora del día. Linda imagen para mis visitas.

Como si esto fuera poco, las mentes brillantes que están construyendo el complejo no respetaron los números de las unidades funcionales como los números de departamentos. Esto hubiese sido sumamente sencillo porque si mi UF es dos, mi departamento sería dos también. Entonces las facturas de rentas o municipalidad que solo indiquen el número de UF no las tendría que estar reclamando a la pareja disfuncional que vive abajo.
Hasta para pagar mis servicios tengo que estar dando mil vueltas y dependiendo de la buena (¿?) voluntad de los vecinos.

Y el tema top-top: el estacionamiento.
El complejo tiene solo dos estacionamientos. El de mi vecino de abajo (al frente) y el mío. En la cuadra no hay mucho espacio disponible para estacionar porque a un lado hay una remisería casera y al otro la segunda parte del complejo. Más allá cuatro duplex pegaditos pegaditos.

Yo, que pague mucho más que el resto por mi espacio para estacionar (y donde solo entra un auto pequeño) tengo que soportar que mis vecinos se apropien y me estacionen o bloqueen la salida.

Mi vecina de piso es una mujer joven con un hijo pequeño. Evidentemente esta separada porque el ex marido pasa a buscar o dejar al nene varias veces por semana.
No se que habrá creído este hombre pero siempre me estaciona en mi lugar. O me lo bloquea con su auto. Dos veces tuve que esperar varios minutos que terminara (sí, que terminara) lo que estaba haciendo para poder salir o entrar a mi casa.
Anoche el gordo iba a venir a casa. Como no funciona el portero eléctrico (porque me lo desconectó el electricista de la constructora tratando de que pudiera tener línea telefónica dentro de mi casa) siempre tengo que estar atenta a cuando él estaciona en mi espacio para bajar y abrirle.
Cuando vi un auto estacionado en mi espacio baje a abrir y como no veo nada de lejos, recién cuando estaba en el portón de ingreso noté que ese hombre no era mi bebu.
Entonces le explique que se había estacionado en mi lugar y que estaba esperando que viniera mi novio. Hasta le conté que había bajado porque no tenía portero y como estaba con su hijo lo dejé pasar.
Me frenó diciendo que se estaba yendo entonces volví a casa.

A los diez minutos llegó el gordo y cuando bajo a abrirle, noto que el tipo había dejado el auto estacionado en mi espacio con la (supongo) actual mujer esperando dentro. Se asomó por la ventanilla y me dijo “espera diez minutos a que baje y lo corra”
La cabeza me hizo clic y volque.
Indignada por el hecho que sabiendo que estaba esperando a alguien igual el tipo no corrió su auto de mi cochera.
Indignada por el hecho que yo tuviera que esperar “diez minutos” para usar un espacio que fácilmente me costo USD 2,500.
Indignada por el hecho de tener que dar explicaciones sobre unos cuantos metros cuadrados que me pertenecen.
Indignada por la falta de respeto y consideración.

Indignada como estaba le contesté a la mina que me parecía una falta de respeto. Que le había dicho a su pareja que me despejara la cochera porque estaba esperando a mi novio. Y creo que hasta le dije que mejor que esa fuera la última vez.

Como si no hubiese sido suficiente mientras subía la escalera (angosta) hasta mi departamento, con mi gordo y mi hermano detrás, veo que el tipo sale rápido de la casa de la ex mujer diciendo no-se-que-cosa.
Envuelta en los aires que me había ocasionado tal atropello le dijo “Y a vos. A vos te dije que me corras el auto que estaba esperando a alguien y te cagaste en mi.” Juro que no se que pasaba alrededor. Ni la cara de ellos ni las de los míos. Abrí la puerta de mi departamento para terminar con la locura y mi perro salió disparado. Entró en el departamento de esta mujer, que había dejado la puerta abierta.
Adentro, el hijo (que conoce muy bien a Madoxx) empezó a gritar como una nena. Entre embalada como venía, agarré al perro, entré a casa y cerré la puerta de un portazo.
Y colapsé. Me senté a la mesa y creí que me iba a desmayar.
No es que haya gritado desaforadamente o haya amenazado de muerte a los vecinos. Eran los nervios y la indignación los que me estaban matando.
Mis hermanos y el gordo no sabían que hacer. Creo que pensaron que me iba a dar un ataque al corazón ahí mismo.
Enseguida toco la puerta la vecina y mi hermano salió a aceptar sus disculpas.

Un rato después, en mi habitación me largué a llorar y no pude parar por unas cuantas horas.
Después sentí vergüenza, no porque creyera que tenía la culpa. Sino por haber perdido la razón y dejarme llevar por la situación.
Me avergonzó que mis hermanos y el bebu me vieran sacada y hasta se asustaran.
Y un poco después sentí bronca de que esto me pase a mi, por haber dejado que me tomen de boluda con todo, por hacer siempre las cosas bien, por soportar que todos hagan lo que se les ocurre, por siempre pensar si lo que voy a hacer va a molestar a alguien y sobre todo por tener que estar pensando en mil cosas que le corresponden a mi papá. Porque si él estaría yo tendría la vida de una persona de 27 años. Viviría sola, gastaría todo mi sueldo en cosas para mí. Mi tiempo libre sería solo mío y no tendría que estar pensando en las tareas escolares, cocinar todas las noches y muchas cosas más.

Así fue como me convertí en Mr. Hyde por pocos minutos.
Tengo la sensación de que si tuviera un arma o supiera hacer una bomba sería tan famosa como los estudiantes de las universidades americanas.