Un día de Martes ...

Ayer con la excusa de "voy a Capital a hacer unos trámites" agarré mis cosas y me escape de la oficina al mediodía.
Hasta ahi el día venía siendo un desastre. Me había peleado con Eru maaaal, con Mati y por poco asesinaba a Reloaded. Mi jefe estaba de lo más insoportable y mi partner, Richie se despedia de todos sus años de trabajo en la office.

Hacía prácticamente tres años que no pisaba Capital en horario de oficina.
Pense que iba a ser como cuando iba para la facu después del trabajo: una locura.
La gente en sus autos intentando llegar no-se-a-donde, enojados e impacientes por el día infernal que seguramente habían tenido (sino no hay razón para los bocinazos, que te tiren el auto encima, etc.)
Pero la hice bien. Agarre el autito y me fui hasta Diagonal Norte y 9 de Julio. Ya me había olvidado las direcciones del tránsito asi que tuve que dar unas vueltas hasta entrar en el estacionamiento.
Eran como las tres de la tarde y ni siquiera había almorzado. Pense en pasar por el Mc. Donalds donde almorcé tantas veces en el pasado, pero cuando estuve a medio metro me arrepentí. El día estaba soleado, increible, y decidí empezar con los trámites.
Cuando salí de la primera oficina que tenía que visitar me encaminé hasta el subte. Dios... años sin pisar el subte. Y pensar que cada tarde por tres años salia a las seis volando de la oficina endemoniada donde trabajaba y me tomaba el subte D hasta Callao. Caminaba casi nueve cuadras hasta llegar a la facu. Volando, obvio, porque tenía menos de 30 minutos para llegar a tiempo a las clases.

Camino al subte me encontre con Silvi, una de las chicas de mi ex-trabajo. Me reconoció enseguida y eso siempre es bueno para mi (un ser gris que se piensa que la gente la olvida dos segundos después de que partió para cualquier lado). Charlamos un poquito y llegue a la conclusión de que en tres años muy poco era lo que había cambiado. Todo seguía -relativamente- igual.
Asi que antes de tomar el subte hasta Barrio Norte decidí pasar a visitar a mi amiga Blanqui por la oficina. Blanqui estaba como siempre, pero menos rubia (ya no es la Susana que solia conocer...). Que lindo es re-encontrarse con gente que hace mucho que uno no ve ! Y que lindo es que a pesar del paso del tiempo algunas cosas se mantengas iguales.
Después pase a saludar a mi ex-jefe (porque a la odiosa de mi ex jefa no quiero ni verla !). La última vez que pasé a visitarlos habrá sido hace dos años (aprox) y tengo que decir que estaba igual... hasta tenía el mismo wallpaper que cuando trabajabamos juntos !!!!! (super freak!)
Me crucé también con mi ex compañero de oficina, que había empezado el CBC de Medicina y ahora estudia Ingenieria... También la vi a Anita, que esta como siempre. Y yo me entiendo lo que quiero decir... esta con el mismo espiritu de siempre, con esa energía.

Después de saludar y chusmetear un ratito me despedi para terminar los trámites. Estuve a punto de hacer la locura de ir desde el Obelisco hasta Barrio Norte y después hasta Av. Rivadavia para pasar a buscar mi título universitario (que los señores de la facultad -que menos quise- están cuidando muy bien desde hace dos añitos...); pero me arrepentí.
Asi que emprendí camino a Barrio Norte. Me bajé en Callao y Córdoba y maldije el momento de la mañana en que decidí ponerme mis botas altísimas. Caminé -despacito- casi siete cuadras solamente para dejar un sobrecito y volver a buscar al auto.

De vuelta en el subte, disimulando el dolor infernal de pies ocasionado por mis glamorosas botas negras, me senté en uno de los bancos. Probablemente el muchacho más lindo de toda Capital Federal se sento al lado mio y asi como quien no quiere la cosa me empezó a hablar.
Subimos al subte (casi a presión, porque casi eran las cinco y media) y se nos complicó el tema de la conversación. Asi que, nada...
Yo me bajé en 9 de Julio y se terminó. Ahora... quien me quita esos quince minutos mirando al bombonazo y dirigiendole la palabra, eh ???? EH ????

Fui hasta el estacionamiento, busque al autico y emprendimos el regreso a casa. Jamás en la vida volvi a casa de día. Miraba el reloj y no podía creerlo... era de día !

Cuando estaba por tomar la autopista más corta del mundo me di cuenta de como cambian las cosas. Como uno a veces extraña lo que tanto le molestaba en el pasado.
La verdad es que viajar en subte en hora pico es todo un castigo; pero ese apretuje, el clásico olor a "humano" y el ruido infernal de los trenes... se extraña.
El caminar por las veredas angostitas cuando ves de frente a trescientas personas queriendo avanzar, con la gente que esta apurada y te empuja (casi a propósito) no se compara con la inexistencia de vida humana que hay por donde trabajo ahora.
El trabajar con los ruidos de las bocinas, o de alguna que otra manifestación... se extrañan cuando uno ni siquiera tiene una ventana cerca.

Volviendo a casa, en la radio estaban hablando de asaditos y me convencieron. Camino a casa pasé por el supermercado.
Mirá que ya probé ir al super en todos los horarios: sábado por la mañana, al mediodía, a la tardecita; los domingos... los días de semana...
Pero nunca me pasó de ver material masculino interesante. Debe ser mala elección del supermercado.
Pero... mientras entraba pude ver a un muchacho "interesante" que estaba por entrar. Pase por el cajero y ahi intercambiamos miradas.
Dos minutos después me lo crucé en las gondolas de bebidas, medio minuto después en los Congelados, segundos más tarde en Carnicería y luego de dos minutos camino a las cajas.
Mientras yo estaba por pagar, él estaba en la caja siguiente. Me miró de vuelta y me dijo "Hola". "Hola" respondí... pero no pasó más nada.
Quizás supuso que iba a quedarme a vivir en el super... o que volveriamos a encontrarnos en el estacionamiento.
Pero no lo volví a ver.

Llegue a casa a las seis y media. Me saqué las botas, me bañe y miré la tele como nunca !
Es genial llegar a casa temprano...
Voy a ver si me escapo más seguido.