... no se porque me cuesta tanto aceptar que un muchacho me pase a buscar por mi casa.
No es verguenza por donde vivo, porque adoro mi casita.
Es como una mezcla de evitar que el muchacho en cuestión tenga que molestarse y/o/u que piense que soy una cómoda aprovechadora.
Pero si no aceptaba, Eru me descuartizaba con la tijera sin filo en medio de la oficina en penumbras.
Es lo que hay. A adaptarse.
0 agarraron el lápiz:
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