jueves, abril 12, 2007

Palabras ...

Si me llamas cansado fuera del sendero, y casi sin fuerzas para continuar;
Si te veo pensando que la vida es dura, que no puedes con todo o con ganas de desistir;
me acercaré para recordarte cómo es un comienzo, y nuevamente te desafiaré.
Me acercaré a tu alma para que vuelva el impulso de vida llevándote hacia ti mismo.
Sabrás entonces encender tu lámpara en la oscuridad aunque afuera haga frío.
Volverás a ser fuego y yo avivaré tus brasas quietas, para que alumbren y revivan tu andar peregrino.
Volveré a susurrarte aquella primera consigna de un paso por vez.
Y te pediré que me muestres la garra que se necesita para levantarse desde lo caído.
Si te veo cansado fuera del sendero, sin ver más espacios que el de los abismos, traeré a tu memoria que también hay puentes y que también hay alas que aún no has visto ni has usado.
Que vamos movidos por la fe y la bravura y que seremos siempre lo que hemos creído.
Que somos guerreros iluminados por la vida plena, y el Universo nos guía hacia nuestro lugar.
Te mostraré que un primer paso y que un nuevo empeño nos llevará a encontrar la forma de no ser vencidos.
Que el árbol se dobla, se agita, se estremece, se deshoja y retoña, pero aun todo eso queda erguido.
Que el único trecho que podemos caminar es aquél que cubre nuestro pie extendido.
Si te veo cansado fuera del sendero, solitario y triste, quebrado, herido, me sentaré a tu lado, te tomaré de las manos, entraré por tus ojos hasta el fondo de tu corazón y te diré que se puede, que insistas, y te haré preguntas que te lleven a recordar buenas épocas y a conectarte con tu potencial.
Mi voz despertará, desde tus certezas, al que se quedó dormido de cansancio.
Y tal vez, si necesitas te prestaré mis brazos para incorporarte y mostrarte lo importante de una actitud positiva y el reconocimiento de lo que si hay.
Si te veo cansado fuera del sendero, llevaré tu mirada hacia el camino.
Haré que veas tus huellas, que allá están marcadas, de un paso tras otro por donde has venido.
Y escucharás la voz interna impulsora para un nuevo inicio.
Y abrirás otro rumbo e iniciarás un nuevo camino, porque habrás descubierto que puedes volver a empezar las veces que haga falta si logras conectarte con tu fuerza interna y con tu amor universal.

0 agarraron el lápiz: